A través
de los años, el desarrollo de software ha aumentado de manera desmesurada, esto
implica que también crezca y se elabore la extensa documentación cada vez que
se crea un producto como lo es el software. “En febrero de 2001, tras una
reunión celebrada en Utah-EEUU, nace el término “ágil” aplicado al desarrollo de
software” (Canós, Penadés, & Letelier) , esto para crear una
alternativa al proceso de desarrollo de software tradicional, la cual
permitiera elaborar de manera rápida y simple software. ”El objetivo de los
métodos ágiles es permitir que una empresa sea ágil” (Carvajal Riola, 2008)
A
partir de ese año, se enmarca un nuevo concepto para el desarrollo de software,
las metodologías agiles empiezan a surgir como una opción más viable ante los
rigurosos métodos tradicionales. Pero para poder decir que se está trabajando
con un método ágil, es necesario conocer su filosofía, la cual está embebida en
el manifiesto ágil. Este manifiesto consta de 12 puntos clave que se deben de
seguir en el desarrollo de software y poder decir que es “ágil”, sin embargo podemos
sintetizarlo a 4 puntos:
- Cliente.
- Cambios.
- Simplicidad y funcionalidad.
- Trabajo en equipo.
Cuando
hablamos del cliente, es referirse a la persona que proporciona recursos
monetarios y los requerimientos que desee, pero en una metodología ágil es
hablar de un miembro más del equipo de desarrollo. “Esta colaboración entre
ambos será la que marque la marcha del proyecto y asegure su éxito” (Canós, Penadés, & Letelier) .
Simplicidad
y funcionalidad. Pieza clave en un método ágil. Quizá el punto más importante.
Las entregas constantes que se hacen al cliente, su correcto funcionamiento y
su respectiva simplicidad, decidirán la trayectoria que tomará el software,
claro, aquí dejamos implícito que la retroalimentación con el cliente es esencial.
“Bienvenidos
los cambios”. Cuando se aplica un metodología ágil no importa el número de
cambios, ni de qué tipo sean, mediante el constante trabajo colaborativo con el
cliente, los cambios que se le realizan al software son instantáneos.
Desde
que se crearon las metodologías agiles, el desarrollo de software se hizo más fácil,
la documentación dejo de pesar y se enfatizó “no producir documentos a menos
que sean necesarios de forma inmediata para tomar un decisión importante” (Canós, Penadés, & Letelier) . Con dicha filosofía,
se han desarrollado diferentes métodos agiles, cada uno enfocándose en algo
distinto. Un ejemplo es SCRUM, a comparación de XP (Extreme Programming), SCRUM
se basa en sus sprints y reuniones
diarias de 15 minutos, mientras que XP se “centra en potenciar las relaciones
interpersonales como clave para el éxito en desarrollo de software, promoviendo
el trabajo en equipo”. (Canós, Penadés, & Letelier) .
Hoy en
día, cuando desarrollamos software, es necesario analizar todos los elementos
del proceso. Es decir saber elegir cuando utilizar una metodología ágil y
cuando usar una tradicional. Mientras que la ágil eficaz para proyectos
pequeños la tradicional es útil cuando son proyectos a largo plazo, o para
empresas que son bastante grandes y que tienen la oportunidad de tener un equipo
específico y el tiempo necesario para su finalización.
En conclusión,
no siempre es necesaria una extensa documentación si se tiene la oportunidad de
trabajar con un método ágil, sin embargo, es inteligente conocer los diferentes
factores que pueden decidir o no utilizarlo.
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Imagen 1: Mapa Conceptual sobre "Metodologías Ágiles" |
REFERENCIAS
Canós, J. H., Penadés, M.
C., & Letelier, P. (s.f.). Métodologías Ágiles en el Desarrollo de
Software. Valencia: DSIC.
Carvajal Riola, J. C.
(2008). METODOLOGIAS ÁGILES: HERRAMIENTAS Y MODELO DE DESARROLLO PARA
APLICACIONES JAVA EE COMO METODOLOGIA EMPRESARIAL.
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